Si en una reunión con otros padres surge el tema de la igualdad de género, los más probable es que todos los reunidos hagan gala de cómo están educando a sus hijos con unos valores igualitarios. Y esto no quiere decir que hoy en día no se encuentren padres que siguen manteniendo los roles tradicionales en la educación de sus hijos (incluso, en clases altas que deciden llevarlos a colegios en los que existe la separación por sexo). Pero ciñendonos a los que podríamos llamar "padres modernos", la realidad es que todavía queda mucho camino por recorrer.
Y es que no se trata solo de mantener una actitud clara ante la igualdad de oportunidades para niñas y niños, hay que fomentar un entorno familiar en el que se de realmente este equilibrio. Si el niño crece en una familia en la que el padre nunca cocina, hace las camas, plancha, etc., será más difícil que de adulto realice estas tareas cuando viva en pareja. De la misma forma que si nunca ven a sus padres hablar abiertamente, es menos probable que lo hagan cuando sean adultos.
Pero no todo está perdido. En este artículo que hemos publicado en educaydisfruta.com, hablamos sobre ello y, tras consultar con expertos, llegamos a la conclusión de que existe ante todo una actitud primordial en estas cuestiones: explicar a nuestros hijos por qué tomamos las decisiones que hemos tomado en estos temas. Muchas veces no significa que hayamos renunciado a la igualdad de género en una pareja, simplemente la vida nos ha obligado a decidir, por ejemplo, que la madre sea la que haya reducido su jornada laboral para cuidar de los hijos en vez del padre, porque en muchas empresas no se contempla el que un hombre pueda hacerlo. Está claro que hay que predicar con el ejemplo, pero también hay que hacerles ver lo difícil que es aun el mantener una conducta progresista en temas de igualdad de género. Nuestra experiencia les servirá de ejemplo para hacer sus vidas algo más libres.
